26 Oct Maestros auténticos

Muchas veces conocemos a verdaderos maestros, personas que marcan nuestra vida desde el primer momento en el que entran en ella y llegan a hacerlo de forma tan significativa, que intentamos copiarles.

Un gran maestro al que admiro por su trabajo y por la capacidad que tuvo de hacer grandes aportaciones positivas en la vida de otros es Milton Erickson. Él nació en el seno de una familia junto a 8 hermanos más. A los 17 años sufrió de poliomielitis pero su fuerza de voluntad le permitió sobreponerse a la enfermedad y graduarse en medicina y psicología. Milton sentó las bases de la psicoterapia breve y de la hipnosis terapéutica. El origen de su particular estilo de terapia puede encontrarse en sus vivencias personales tan particulares y la forma en que enfrentó su enfermedad, y aunque el hipnotismo fue una herramienta importante, lo fundamental de su modelo terapéutico era el cambio en la otra persona a través de la relación interpersonal.

Una de las ideas favoritas que transmitió en su trabajo Erickson era la siguiente:

«Desarrolla tu propia técnica. No intentes usar la técnica de otra persona… no intentes imitar mi voz o la cadencia de la misma. Descúbrete tú mismo de forma natural».

– Dr. Milton Erickson

Y justo esa frase es la que he intentado utilizar como inspiración a la hora de desarrollar mis propios aprendizajes como maestra y formadora en un aula.

MI PROPIA EXPERIENCIA

Mis inicios como formadora en el mundo empresarial fueron de la mano de dos grandes maestros: Ángel López y Daniel Vidal. Ellos tenían una pequeña empresa en la que empecé a realizar mis primeras prácticas. Y creo que en tan solo unas horas me enamoré de la pasión que transmitían, de su humanidad, de su profesionalidad, de todo lo que entre aquellas paredes del aula podía aprender.

Y es curioso pero nunca los vi como inalcanzables sino simplemente como profesionales con una experiencia y unos valores sin igual. Yo no me comparaba con ellos, a no ser que fuese para impulsarme y ver todo lo que me quedaba por aprender.

Nunca he pensado que ellos sean ni más ni menos que yo sino dos seres humanos con una experiencia de más de 40 años en su profesión, que han conseguido retos increíbles con cada uno de esos alumnos que tenía la suerte de compartir un pedacito de vida con ellos. Unos años de esfuerzo, constancia y trabajo que como resultado les han dado el gran premio de influir positivamente en la vida de sus alumnos…¡al menos la mía la revolucionaron (y la continúan revolucionando) por completo!

Para mi han sido una fuente de aprendizaje y desarrollo y siempre me anima pensar que si continuo en mi empeño por cada día ser mejor profesional…¡imagínate cuando tenga sus años lo que podré llegar a aportar al mundo!

 MIS APRENDICES (y a la vez mis grandes maestros)

A lo largo de estos últimos años he tenido la enorme suerte de encontrarme en la otra posición, compañeros que han entrado posteriormente en la empresa, profesionales que han ido aprendiendo a mi lado y a su vez enseñándome mucho más de lo que ellos creen: Matthias, Mara, Elena, Gabriele, Inma, Eva, Reme, Mar, Marcos, Itziar, Lidia, Aitor, Pilar, Espe, Mónica, Inma, Adriana, Sara.

Uno de nuestros métodos habituales al inicio pasa por la observación de nuestras clases, hacen acompañamientos y van aprendiendo de todo lo que ahí ocurre. Después pasan a compartir a nuestro lado la docencia y cuando están preparados se lanzan a la aventura de estar “solos ante el peligro”. En ese proceso a veces les he escuchado preocupados al comparar su desempeño con el de los que llevamos más tiempo y eso en algunas ocasiones puede llegar a ser frustrante. En ese proceso he aprendido que hay cosas de las que no se dan cuenta pero sería genial que se les quedaran grabadas a fuego:

– No puedes compararte conmigo en este momento porque tu experiencia, lo que has vivido en un aula y tus conocimientos son de menos tiempo que los míos por lo que es normal que me maneje más fácilmente. No te compares conmigo misma, compárate siempre contigo, con quién eras el primer día que llegaste a un aula y cómo te sientes hoy. Y dentro de un mes compara el cómo te sientes hoy con lo que has avanzado en un solo mes. Esa es la comparación que realmente te va a impulsar.

No soy tu maestra, soy en muchos momentos tu aprendiz. Cada uno de vosotros, me habéis hecho ser mejor persona y mejor profesional, me habéis hecho enfrentarme con mis fallos, con mis errores, con todo aquello que todavía me queda por aprender y además me habéis aportado tantos conocimientos, recursos, herramientas y valores…¡habéis sido y sois mi fuente de inspiración!

Recuerda que los personajes más grandiosos que han existido en la sociedad, nunca fueron versiones de otras personas, fueron ellos mismos. Un maestro tiene que ser auténtico, no intentar parecerse a otros ni imitarles. Por eso que no imites mis formas, ni mis recursos, ni mi personalidad, ni mi voz, transmite todo lo que realmente eres como ser humano, todo eso que te hace único, especial e irrepetible.

Matthias, Mara, Elena, Gabriele, Inma, Eva, Reme, Mar, Marcos, Itziar, Lidia, Aitor, Pilar, Espe, Mónica, Inma, Adriana, Sara…¡grabarlas a fuego!

Reme Egea_Formación para docentes

Reme Egea

Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto Train The Trainers, Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

Reme es una de esas atrevidas aventureras, de las que luchan por los sueños, una de esas apasionadas que nunca tira la toalla.

4 Comments
  • angel
    Posted at 23:19h, 01 noviembre Responder

    Creo que en los genes ya portabas toda la docencia de Dani y mia juntas. Ahora bien, eres incansable, luchas por tus sueños sin dar tregua y ello hará que logres todos los que te propongas. Nosotros somos quienes te admiramos.

  • Mara Claramunt
    Posted at 12:40h, 29 noviembre Responder

    Y una vez más tocas la fibra con tus palabras…. Te quiero y te admiro!!

    • Reme Egea Pastor
      Posted at 01:05h, 01 diciembre Responder

      Gracias, Tan solo puedo decir que tanto el querer como el admirar, son mutuos

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