27 Jul Cambiar el mundo desde el aula

Ellos realmente no sabían dónde se estaban metiendo, porque detrás de ese título tan inocente de «Habilidades directivas» se escondía uno de los procesos más implacables que he visto a lo largo de mi vida profesional.

60 horas por delante, una pequeña aula, 8 increíbles personas y 4 profes con una visión transformadora de la educación. Ellos no sabían que para mi equipo, el aula no es un espacio entre 4 paredes. El aula es solo un lugar donde iniciar cambios, impulsarles, hacerles evolucionar y llegar a lugares a los que todavía no han llegado, es un campo de experimentación, un lugar en el que empezar a crear la mejor versión de sí mismos…

¿QUÉ NOS ENCONTRAMOS?

El primer día llegas al lugar, 15’30 de la tarde, una hora perfecta para hacer la siesta con los ojos abiertos. Y allí 8 jóvenes entre 24 y 30 años, con todas sus circunstancias, con lo vivido y con lo que les queda por vivir.

Y en las primeras horas de clase empiezan a surgir las frases esperadas, justificadas y rejustificadas por ellos, con explicaciones entrenadas en los últimos años, reforzándose en su victimismo unos a otros:

Estamos en el peor momento laboral de la historia. Hemos tenido muy mala suerte por tener que empezar nuestra vida laboral en estos momentos.

– Tenemos estudios universitarios y en cambio no conseguimos encontrar trabajo.

– Por ahí hay prácticas pero a veces no te pagan ni la gasolina.

– Es que nosotros lo intentamos pero es muy difícil, con la crisis está todo muy mal.

Y todas esas frases acompañadas de un aire de pasotismo, con una pizca de «es-que-rosidad», unos gramos de actitud pesimista y con aroma a resignación.

Con todo ello teníamos un cóctel molotov perfecto para explosionar cambios y mejoras por todas partes.

PROCESO DE TRABAJO:

Desde esta perspectiva solo nos quedaba ponernos manos a la obra y aplicar un proceso de trabajo minucioso, insconsciente, tocando casi lo hipnótico. ¿Cuáles fueron los pasos seguidos?

  1. Investigar con detalle: conocer el terreno, a nuestros protagonistas (Marta, David, Julia, Richi, Marta 2, Tomás, Tamara y Julio). En este punto, el acercamiento es inocente pero en tan solo una clase (5 horas) conocíamos sus miedos, sus aficiones, aquello que les quita el sueño, lo que les da vida, aquello por lo que han luchado, sus mundos, sus pasados y sus sueños.
  2. Crear un balance justo: El siguiente paso era permitir que nos conociesen al mismo nivel, que viesen lo que somos como seres humanos, con toda nuestra vulnerabilidad, con la mejor versión de nosotros mismos y con la peor. En definitiva, se trataba de colocarnos exactamente a su mismo nivel en cuanto a “seres humanos en proceso de aprendizaje”.
  3. Mezcla explosiva: A partid de ahí tan solo teníamos que crear esa mezcla explosiva en la que los cambios se podían gestar: cuidado delicado, aprecio, respeto máximo por lo vivido, por sus formas de ser, por lo que habían hecho con sus vidas hasta el momento…y desde ahí, impulsarles sin perder ni un solo minuto. Tan solo teníamos 12 tardes por delante…¡más que suficiente para ser palanca de cambio!
  4. Fuera el concepto uniclase: en realidad no teníamos una formación por delante, no teníamos una clase sino que se a la vez, en las mismas horas de cada tarde, teníamos 8 clases en marcha, 8 clases a las que atender, 8 formas distintas de hacer que cada mensaje calase en la cabeza y el corazón exacto, 8 clases…¡para volverte loco!
  5. Goooo! Acción máxima para mover a cada uno de su lugar: Retos, desafíos y un poco de sufrimiento. Sí, ¿qué le vamos a hacer? El poco o mucho de sufrimiento hace crecer. Después de cada lágrima que hemos visto en esa aula, el propietario o propietaria de la lágrima se ha levantado con más fuerza, con más recursos, con más apoyos si cabe, con más capacidad de asumir su responsabilidad.
RESULTADOS

Seguro que hay muchos resultados, muchos más incluso que los que nuestros ojos son capaces de ver en este momento, resultados impactantes, resultados que marcan vidas y hacen que aquellos 8 valientes salgan por la puerta grande de la clase.

¿Pero, resultados concretos y visibles? También los hay:

  1. Marta inicia una nueva aventura: Dos días después de acabar el curso hace maletas hacia Madrid. Nuevo trabajo, nueva oportunidad de aprender y reaprender del mundo. Su nivel de quejas se ha reducido a prácticamente lo inexistente. Ha cambiado el lenguaje de los “es ques” y los “peros” por autoresponsabilidad, autocrítica, como ella diría “por muchos “auto…”.
  2. David que aprovecha la mejor ola: sus maletas le llevarán más lejos todavía. Estados Unidos, Australia o China sea donde sea tiene perfectamente claro que va a mejorar su nivel de inglés. Mirada brillante, de ilusión, de esa mezcla de miedo y pasión de cuando vas a iniciar un gran desafío. Sabe que no puede bajar la guardia, que el ego no debe ocupar el espacio que ahora está reservado para la humildad.
  3. Richi a tope: Se ha presentado a una entrevista con ilusión, con ganas de probar, aprender y comerse el mundo. Ha dirigido su nivel de competitividad hacia sí mismo, la mejor competición que podía iniciar. Es capaz de ponerse delante del resto y hablar, comunicar y transmitir sin notar a cada segundo el temblor de sus piernas. Está ahí de pie, valiente escuchando todas y cada una de las críticas constructivas, aprendiendo sin tregua.
  4. Tamara conservando lo mejor que tiene: Sabe que ese encanto que le da la parte de conectar con la ilusión, la pasión, las vivencias, las emociones no puede perderlo porque es capaz de pegarlo directamente a cualquiera que se cruce con ella. Las lágrimas que se le han escapado le recuerdan que todavía hay mucho por lo que luchar, mucho que construir, mucho que ofrecer al mundo, todo un trabajo por crear.
  5. ¿Tomás, dónde se fueron los tacos?: Sí, por supuesto que todavía saber decir coño, hostia, mecaguen y lo que se le plante por delante. Eso sabe hacerlo exquisitamente pero también es capaz de subir al siguiente nivel, de comunicar, tocar al mundo con sus palabras y el significado de las mismas. Sabe que los domingos también se trabaja cuando se trata de perseguir un sueño realmente importante.
  6. Julia y todo su potencial: Ella sabe que ese potencial está más que demostrado, que su nivel de detalle, su inteligencia, su capacidad de trabajo, de perfeccionar cada aspecto que pueda, está ahí, latente y bien demostrado ante el mundo. Pero se acabó. Ahora toca ser vulnerable, fallar y aprender de ello, dejar que en la calma del error aparezca todo el brillo de lo que hay ahí dentro.
  7. La otra Marta, con esa sonrisa recuperada: Se ha demostrado que aunque no se esté en el mejor momento de la vida, la sonrisa está ahí, a punto de asomar entre los labios, a punto de escaparse cuando alguien crece y se relaja. Sabe que todo el potencial está ahí dentro y que el día que en clase decidió cambiar la actitud pesimista por la lucha, ya no hay nada que la pare, nada que la pueda detener.
  8. Julio y sus dulces: Él ha recuperado su voz, su voz radiofónica, tanto literal como metafóricamente. Sabe que tiene mucho que contar, fantásticas ideas que compartir, mucho por delante para hacer reír de forma creativa. Sabe que puede llegar más allá, que su ritmo es tan solo un ejemplo de ritmo y que si no se detiene puede continuar conquistando personas, trabajos y Trollis.

Quien me diga que con esto no se puede cambiar el mundo, es que no sabe de mundo…

Reme Egea_Formación para docentes

Reme Egea

Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto Train The Trainers, Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

Reme es una de esas atrevidas aventureras, de las que luchan por los sueños, una de esas apasionadas que nunca tira la toalla.

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