Kaizen Green Belt

14 Jul KAIZEN personal para profesores

Hoy compartiré contigo uno de los mejores conceptos e ideas que he aprendido formando a directivos del sector automoción. En los últimos 10 años, habrán pasado por mis aulas más de 5000 alumnos que trabajan en el mundo industrial: operarios, mandos intermedios, directivos, etc. y uno de los conceptos más bonitos que he aprendido de ellos como docente es el de: KAIZEN. Si algo tengo como docente es que siempre intento aprender algo de los alumnos que pasan por mis aulas.

Una de las empresas a las que le tengo mucho cariño es Ford Motor Company. En sus aulas me “crié” como formadora. Allí es donde he encontrado mis primeros errores, mis primeros momentos de disfrute en un aula y posiblemente los aprendizajes más significativos que he tenido como formadora. Mis inicios en la empresa fueron duros porque me hablaban en términos que me sonaban a chino, aunque si bien es cierto, el término Kaizen es japonés.

 

DEFINICIÓN DE KAIZEN

Kaizen (改善, ‘cambio a mejor’ o ‘mejora’ en japonés), se traduce en castellano como “mejora continua”. En el sector empresarial se utiliza como una metodología de calidad en la empresa y en el trabajo, tanto individual como colectivo. De alguna manera una frase que lo resumiría es la de: “¡Hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy!” y parte de la idea de que siempre es posible hacer mejor las cosas. En la cultura japonesa está implantado el concepto de que no debe pasar ningún día sin que hayas conseguido en alguna aspecto de tu vida una cierta mejora.

 

¿Y CÓMO PODEMOS APLICAR LA FILOSOFÍA KAIZEN A LA DOCENCIA?

Se me ocurre que este concepto que surge en el contexto japonés y que ha sido aplicado al mundo empresarial, también podría ser aplicado al desarrollo profesional de un docente. Te dejo aquí algunas habilidades, actitudes, conductas, etc. a las que podemos aplicarlo:

Capacidad de autocontrol y resistencia al estrés: me refiero a la resistencia que vamos desarrollando para superar con éxito los desafíos de nuestro trabajo. La capacidad de sacarle partido al estrés, es una habilidad que podemos aprender a lo largo del tiempo con diferentes técnicas y recursos. Puedes probar con el Mindfulness, con la meditación o con algo tan simple (y a la vez tal complicado) como aprender a respirar diafragmáticamente. Sea como sea, la mejora continua en autocontrol, te permitirá llegar a todo con menos coste de salud.

Tu nivel de idiomas: evidentemente puedes moverte por el mundo con tu lengua materna pero esto solo te facilitará la comunicación con unos pocos. Si mejoras mínimamente pero de forma continua un nuevo idioma, se abrirán las puertas de «otro mundo». Si tienes que elegir otro idioma no mires solo su utilidad sino sobretodo el disfrute mientras lo estudias, que te suenen bien sus palabras, sus melodías o que simplemente abra tu curiosidad.

Tus habilidades para hablar en público: si hay una habilidad transversal para cualquier profesional es la de hablar ante otras personas. Para un docente es muy importante sentirse cómodo ante las miradas de sus alumnos, utilizar su voz con maestría para atraer la atención y acompañar su discurso con recursos y estrategias persuasivas. Cualquier paso hacia delante en este punto, te permitirá mejorar y llegar a cada uno de tus alumnos con más profundidad.

La forma de preparar tus clases: si vas mejorando tus procesos de preparación, puedes encontrarte con un tiempo muy útil del cual no dispones habitualmente. Analiza cómo preparas tus clases, cómo investigas, cómo creas los materiales y poco a poco desarrollo métodos más efectivos para hacerlo.

Las metodologías que utilizas: hay tantas metodologías, tantas formas de organizar y gestionar una clase que cualquier nuevo aprendizaje te hará más rico en recursos. Cada metodología te permite trabajar con un tipo de alumnos, llegar a unas personas mejor que a otras por lo que si mejoras continuamente tus métodos, potenciarás cambios mucho más impactantes de lo que crees.

Impulsar a tus alumnos: para impulsar a los alumnos con los que trabajas, necesitas ser muy hábil en el conocimiento personal de cada uno de ellos. Si mejoras de forma continua tus habilidades podrás tocar con mayor maestría los hilos perfectos que activan el desarrollo y superación de cada uno de ellos.

En definitiva, con cualquiera de estos pasos se trata de ir encontrando la mejor versión de ti mismo como profesional de la formación y la educación, una versión mejor que la de ayer pero no tan buena como la que alcanzarás mañana.

¿Por dónde vas a empezar?

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