14 Sep Los peligros de la empatía

Hay un concepto que en los últimos años se ha puesto de moda en nuestra sociedad, en nuestros empleos e incluso en nuestras aulas. Un concepto que no suele dar discusión ya que es valorado por prácticamente todo el mundo como positivo.

LO QUE SABEMOS DE LA EMPATÍA

Si preguntásemos a cualquier docente qué piensa sobre la empatía nos diría varias cosas:

  • Que es un concepto muy importante.
  • Que tiene que ver con ponerse en el lugar de los otros.
  • Que popularmente se conoce como “ponerse en los zapatos del otro”.
  • Que puede existir tanto de un docente hacia un alumno como de un alumno hacia un docente.
  • Y que sin lugar a dudas, es un concepto positivo.

Justo este último punto es el que podemos discutir entre nosotros puesto que yo creo que no todo son ventajas en lo que conocemos como “Empatía”.

Hay algo en la vida misma que hace que este término sea imposible de llevar a cabo: “es imposible ponerse en la piel del otro, en el lugar del otro o incluso en sus zapatos”. En general creemos que sí que podemos hacerlo sin ninguna dificultad pero la realidad es que para ponerse en el lugar del otro necesitaríamos haber pasado por todas y cada una de sus experiencias, compartir sus sentimientos, sus formas de entender el mundo, sus vivencias, etc. y si no es así, no podemos ponernos en su lugar.

EL PELIGRO DE CREER QUE SOMOS EMPÁTICOS

En distintas ocasiones he visto a alumnos creer que se están poniendo en la piel de su profesor y a profesores, sobretodo, que creen que se están poniendo en la piel de sus alumnos y esta creencia les puede llevar a diversas confusiones, ya que lo que realmente hacen es pensar cómo se sentirían ellos y qué necesitarían si estuvieran pasando por esa experiencia.

Te pongo un ejemplo de cómo cometemos estos errores en la vida cotidiana para explicarme mejor. Imagina que uno de tus alumnos ha cortado con la primera novia de su vida y lo está pasando realmente mal. Tú recuerdas que a su edad pasaste por una situación similar y tu mejor forma de no pensar en ello, era salir los sábados y conocer a otra gente. Además siempre has pensado que “un clavo saca a otro clavo”. Ante esto intentas animar al alumno diciéndole:

– No te preocupes que eres muy joven. Ya verás como conocerás a otras mil chicas y esto será nada. Anímate y lo mejor es que salgas de fiesta.

Pero resulta que a este alumno lo que realmente le ayuda a desconectar no es salir de fiesta (es más, se aburre cuando sale de fiesta) sino quedarse en casa tranquilamente leyendo comics, o viendo una película, solo, tranquilamente.

En el momento en el que tú le aconsejas, piensas en lo que te haría sentir bien si estuvieras viviendo su misma experiencia, pero es posible que no le conozcas en profundidad para saber cómo se siente tu alumno.

ALTERNATIVAS A LA EMPATÍA

Y si este término de la “empatía” nos lleva a confusión, ¿qué otras alternativas tenemos? Pues tenemos una opción mucho más sencilla, más científica y más realista y sería:

PREGUNTAR A LA PROPIA PERSONA

Puede parecer una alternativa excesivamente sencilla pero aunque no lo creas este tipo de investigación nos daría opciones mucho más acertadas para intervenir correctamente. En definitiva se trata de preguntarle directamente a la persona en qué podemos ayudarle. Continuando con el ejemplo anterior, podríamos preguntarle al alumno para aproximarnos a una ayuda más acertada:

¿Te apetece hablar o prefieres que no?

– En el caso de que le apetezca hablar le podemos preguntar: ¿Qué ha ocurrido? ¿Cómo te sientes?

– Y la intervención más importante podría ser: Me encantaría hacer algo para ayudarte, para hacer que en este momento estuvieras mejor, ¿crees que puedo hacer algo por ti?

Curiosamente, en muchas situaciones al lanzar esta última pregunta, la persona plantea que no necesita nada más de ti, que el simple hecho de preocuparte por ella, preguntarle y escucharla ya es suficientemente reconfortante.

Como ves, muchas veces buscamos estrategias más rebuscadas con las que solo conseguimos alejarnos de la persona que tenemos delante mientas que utilizando preguntas tan sencillas (pero tan potentes) como ésta, conseguimos efectos increíbles.

Lo dicho, ¿crees que puedo hacer algo por ti?

Reme Egea_Formación para docentes

Reme Egea

Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto Train The Trainers, Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

Reme es una de esas atrevidas aventureras, de las que luchan por los sueños, una de esas apasionadas que nunca tira la toalla.

1Comment
  • Verónica Bermúdez
    Posted at 12:32h, 14 septiembre Responder

    Me ha encantado Reme! Creo que tratar de ponerse en lo zapatos del otro, comprender como ha llegado a elegir esos zapatos, llevarlo x un rato,…es positivo pero, indiscutiblemente, nunca va a ser la misma experiencia. Y es ahí, en la toma de conciencia de que, en el mejor de los casos, es parecido pero nunca es igual, donde radica la posibilidad de hacer un acompañamiento seguro. Gracias por tus aportaciones!! Siempre es un placer leerte!

Post A Comment